lunes, 14 de septiembre de 2015
Capítulo 14: Juan de Guera (1903-1913)
Al asumir la Presidencia de la Nación De Guera consolidó su poder político ofreciendo importantes cargos de su gobierno a sectores representativos de la ciudadanía Guatepeoreña. Sin embargo el trabajo era intenso y la paga era poca, y pronto los Ministerios y Secretarías de Estado fueron ofrecidas a los borrachos del bar donde concurría De Guera, y cuando estos renunciaron, a los presos castigados del Batuque.
De Guera tuvo muchas dificultades económicas, debido a su política de importaciones irrestrictas, donaciones a entidades de beneficencia del exterior y calamitosas obras públicas. Construyó un moderno puerto en un charco donde ningún barco se acercaba, y un aeropuerto en un país que carecía de aviones. Sumado a esto una serie de malas cosechas, el nivel de los salarios bajó mucho y se generaron disconformidad general y frecuentes huelgas. Tal fue la oposición que debió enfrentar, que la prisión de la Isla del Batuque fue ampliada en dos nuevas plantas con capacidad para 4000 reclusos, y provista de un nuevo paredón de fusilamiento. Aseguran algunos historiadores que hubo otras mejoras, pero nadie las recuerda.
Todas estas innovaciones agravaron aún más la carestía y la inflación, y el Presidente debió efectuar cambios radicales en el Gabinete y en la conducción político-económica. Se decidió trasladar al Ministro de Gobierno al Ministerio de Defensas, al Ministro de Defensas al Ministerio de Agricultura, al M. de Agricultura al M. de Políticas, al M. de Políticas al M. de Asuntos Varios, al de Asuntos Varios a Comercio, y por último el M. de Comercio al M. de Gobierno. Se cambió el nombre al Ministerio de Asuntos Internacionales, que pasó a llamarse de Relaciones Exteriores, el del Ministerio de Ministerios, que pasó a ser Ministerio de Misterios, y de paso se cambió el nombre al pueblo de Calumel por Guchimambrá y al río Aguacerito por río Pum. También cambiaron de nombre numerosas calles, plazas y plazoletas de la capital.
Incontables alumnos de Historia y Educación Cívica fueron reprobados cuando surgía el tema de los Ministerios de De Guera.
Pese a éstas y otras medidas optimistas por el estilo, la economía no mejoró y en 1912 se sublevó el Cabo Primero Baudín Martín, y a la cabeza de diez hombres armados marchó sobre la capital, demandando elecciones libres.
De Guera accedió a la demanda, aunque tomó ciertas medidas para asegurarse el triunfo en los comicios. En primer lugar se autotituló candidato por el PNI, nombró por decreto testaferros en los demás partidos, y monopolizó la propaganda política a través del diario oficialista "El Nacional Independiente" y de la única empresa publicitaria autorizada a fijar carteles murales. Por último persiguió a los miembros de los demás partidos políticos y encarceló a la mayoría. Tan sólo "El Heraldo del Batuque", diario clandestino de la prisión, denunció estos atropellos.
Naturalmente De Guera ganó las elecciones, y comenzó un nuevo período presidencial en marzo de 1913, que fue interrumpido a poco de empezar.
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